Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI)

¿Qué tipos de diversidad son los más frecuentes en los entornos laborales y cómo gestionar cada una de éstas para aumentar la competitividad de la empresa?

3 diciembre 2024

En el marco laboral actual, la diversidad no solo aporta un valor social, sino que es un punto clave para la innovación, el rendimiento y la sostenibilidad de las organizaciones. Incluir a personas con diferentes experiencias, perspectivas y habilidades crea un entono dinámico y productivo.

Cuando hablamos de diversidad en el ámbito laboral, podemos hablar de muchos tipos: diversidad funcional, de género, cultural, generacional o de orientación sexual, entre otras. En este artículo vamos a explorar todos estos tipos de diversidad y cuáles son los beneficios y ventajas que puede aportar cada uno de ellos a una empresa.

Diferentes tipos de diversidad es el entorno laboral y sus beneficios

1. Diversidad Funcional

La diversidad funcional hace referencia a la inclusión de personas con discapacidades físicas, sensoriales, intelectuales o psicológicas en el entorno laboral. Estas personas suelen tener menos oportunidades de desarrollo, peor acceso a la educación y al empleo, así como tasas de pobreza más altas.

Esto, principalmente, se debe a las barreras físicas y sociales, que les impiden tener un acceso en igualdad a la educación, al empleo, a la información o al transporte. A estos obstáculos cotidianos se suman la discriminación social, los prejuicios y estereotipos.

Incorporar este tipo de diversidad mejora la calidad humana de la plantilla, ya que tanto la empresa cono el resto de compañeros/as se adecuarán a las necesidades de la persona con discapacidad. De esta manera, los valores humanos de la empresa se potenciarán y materializarán en una inclusión real. Una empresa que abraza la diversidad funcional envía un mensaje claro de respeto y equidad.

Gracias a este tipo de diversidad, puede aumentar la competitividad de la empresa. Estaremos accediendo a un talento inexplorado, debido a los prejuicios existentes. Personas que, además, aportarán perspectivas únicas e innovadoras debido a los desafíos a los que se enfrentan a diario.

Por otro lado, también existen una serie de beneficios fiscales y económicos cuando se contrata a una persona con discapacidad.

2. Diversidad de género

Aunque el mundo corporativo ha avanzado en la inclusión de mujeres, aún persisten desafíos en términos de igualdad de oportunidades y eliminación de sesgos. La diversidad de género es esencial para las empresas. De hecho, se ha demostrado que las empresas con mayor igualdad de género son las que acaban prosperando.

Más de la mitad de la población está formada por mujeres. Por lo tanto, renunciar a integrarlas en las compañías y empresas es perder más del 50% del talento disponible.

Los equipos diversos en género suelen ser más equilibrados y efectivos al considerar diferentes perspectivas y enfoques en la resolución de problemas. Por lo tanto, suelen ser equipo con una mejor toma de decisiones.

Además, aquellas empresas con mayor equilibrio de género son más innovadoras, ya que aprovechan una gama más amplia de ideas y experiencias.

3. Diversidad generacional

La coexistencia de múltiples generaciones en el lugar de trabajo es cada vez más común y algo que las empresas deben ver como una gran oportunidad de crecimiento. Cada generación aporta características y habilidades únicas, desde experiencia y conocimiento técnico, hasta innovación y manejo de tecnologías emergentes.

Los equipos multigeneracionales suelen ser más resilientes y capaces de adaptarse a cambios rápidos en el mercado, combinando la estabilidad de los mayores con la flexibilidad de los más jóvenes.

Además, la interacción entre diferentes generaciones fomenta el intercambio de conocimientos y la diversidad de pensamientos, lo que lleva a soluciones más creativas y efectivas.

4. Diversidad cultural

La diversidad cultural se refiere a la presencia de empleados de diferentes nacionalidades, etnias, idiomas y antecedentes culturales en una organización. En un mundo globalizado, contar con equipos multiculturales es cada vez más importante para asegurar el éxito empresarial y poder operar a nivel internacional.

Con una diversidad cultural se consigue una perspectiva global. Es decir, las personas de diferentes culturas aportan conocimientos sobre mercados locales y clientes, mejorando la capacidad de la empresa para expandirse y competir globalmente. Sobra mencionar que esto también aporta nuevas perspectivas.

Por esto mismo, los equipos multiculturales tienden a ser más innovadores debido a la variedad de puntos de vista que contribuyen a la resolución de problemas.

5. Diversidad de orientación sexual y de identidad de género

Incluir a personas de diferentes orientaciones sexuales e identidades de género (LGBTQ+) en el ámbito laboral no solo es una cuestión de justicia social, sino también una estrategia inteligente para fomentar la creatividad y la colaboración.

Cuando una empresa crea un entorno de trabajo donde las personas pueden ser auténticas sin temor al juicio, mejora el bienestar y aumenta la productividad. 

Además, es una muy buena manera de atraer talento, ya que las empresas inclusivas suelen ser más atractivas para jóvenes profesionales, especialmente para aquellos que buscan organizaciones con valores.

6. Diversidad Religiosa

La diversidad religiosa es la heterogeneidad de creencias en una sociedad, lo que provoca que distintas personas de diferentes creencias convivan y compartan su día a día, marcado por sus costumbres religiosas.

Debido a los movimientos migratorios de los últimos años, cada vez es más común la diversidad de religiones en la sociedad y, por ende, en las empresas.

Este tipo de diversidad fomenta la tolerancia y el respeto en la empresa, lo que, a su vez, refuerza la empatía.

Además, cuando las empresas reconocen y celebran la diversidad religiosa, los/las empleados/as sienten que sus valores son respetados, lo que fortalece su sentido de pertenencia.

7. Diversidad de formación y experiencia laboral

La diversidad no se limita a factores visibles; también incluye las diferencias en formación académica, experiencia profesional y habilidades técnicas. Contar con empleados con diferentes trayectorias es una manera de enriquecer a los equipos de trabajo.

Por supuesto, este tipo de diversidad puede conllevar una resolución de problemas más efectiva, ya que las personas con diferentes formaciones y experiencias pueden aportar enfoques variados para enfrentar los desafíos.

Por otro lado, esta combinación de perspectivas fomenta ideas disruptivas que pueden transformar procesos y productos.

Por último, este tipo de diversidad dota a la empresa de una mayor flexibilidad, ya que cuenta con una amplia gama de habilidades y conocimientos.


Así pues, erradicar la discriminación en los entornos laborales es importante no solo porque sea un principio moral y ético que debería ir más allá de la legalidad, sino porque las empresas que no lo hagan perderán un valor añadido en términos de innovación, crecimiento y competitividad.

Aunque la diversidad aporta muchos beneficios, su implementación efectiva puede afrontar desafíos como sesgos inconscientes, resistencia al cambio y falta de liderazgo inclusivo. Además, se requiere de una fórmula distinta para cada situación específica y para cada modelo de empresa. Por ello, desde la Fundación Montaner, hemos desarrollado 4 workshops específicos con los que poder aprender a gestionar la diversidad en los centros de trabajo.